En otoño llegan los membrillos y ya estamos casi en invierno y aún no había hecho dulce de membrillo y es que este otoño he estado superliada.
Claro, no tiene tiempo para cocinar, pensaréis...qué va justamente cocinar es lo que más he hecho, lo que no he tenido tiempo es de sentarme y escribir o de hacer fotos mientras cocino. Porque lo de hacer fotos mientras se cocina es, cuando menos, un pringue: lávate las manos, haz una foto, sigue enharinando el pescado, vuelve a lavarte las manos para hacer otra foto, cuidado con el aceite que salpica... Muchos blogs se hacen a dos manos y mientras uno cocina, el otro fotografía, pero como ese no es mi caso, que yo me lo guiso y yo me lo como (jejeje, no he podido evitarlo), estoy deseando hacer un curso de fotografía culinaria como el de Tarjeta de Embarque, pero cuando tengo tiempo me viene mal el dinero y cuando tengo la pasta lo que no tengo es tiempo, un sinvivir vaya!
Total que compré estos membrillos (1,99€ el kilo y el dulce de membrillo bueno a casi 15€) y me puse a hacerlos como el año pasado. El año pasado hice otra receta, pelé y despepité los membrillo y cuando se ablandaron les pasé la batidora. Este año no los he pelado sino que pensé que después de todo la pectina, que es lo que espesa el dulce de membrillo, está en las semillas y en la piel, así que los cocí en trocitos tal cual, con su piel y sus semillas y pensé en pasarlos por el pasapuré cuando estuvieran tiernos y así les quitaba la piel y las semillas de una.
Como idea no está mal, pero al ser un puré tan denso no pasaba bien por el pasapuré y había que hacer mucha fuerza, así que os animo a que los peléis y si acaso, en una muselina (un trozo de tela de algodón con la trama muy fina que sólo uséis para cocina) echéis todas las semillas y las pieles y la coloquéis echa un atadillo en la cazuela para que suelten la pectina. O sino, directamente tiráis la piel y las semillas y ya está. Es una idea para que no os salgan rozaduras en las manos como me pasó a mí con el pasapurés, pero vamos, que yo lo pude hacer y no soy la mujer forzuda.
Ingredientes
4 membrillos maduros
1 limón en zumo
del 50 al 80% del peso de los membrillos en azúcar
Se le pone un film y se deja que repose, de seis a doce horas, yo los dejé toda la noche, para que suelte su propio jugo el membrillo y así no tengamos que añadir nada de agua.
Pasado ese tiempo, hay muchísimo jugo y ponemos a hervir el membrillo con su jugo en una cazuela, primero a fuego alto hasta que empiece el hervor y luego lo podemos bajar a un fuego más suave hasta que pinchemos y esté blando, con cuidado de no pasarse porque sino se endurece.
Una vez que lo hemos triturado con la batidora (o con el pasapurés para quitarle las semillas, como fue mi caso), se mete en unos moldes o tarros o tuppers y a la nevera donde durará varias semanas o meses incluso, si es que no cae antes.
Se ve muy rico, pero para que pases menos trabajo no es necesario pelarlos, sacarles las semillas y partes duras sí. Lo haces con la piel, cuando está hecho le pasas la batidora y la piel ni se encuentra.
ReplyDeleteUn saludo.