Aunque algunos días hace un tiempo glorioso y parece que ya se ha instalado entre nosotros la primavera, otros días amanece nublado, lluvioso y casi invernal, como hoy. Así que ando entre que no sé muy bien qué ropa ponerme y si hacer gazpacho de veranito o alubias para el frío. Ayer paseando encontré este grupo de árboles floridos, subí la foto a Facebook porque me parecieron preciosos.
Pero hoy ya está lloviendo como si no hubiera un mañana y la previsión es que siga así toda la semana, por lo que vamos a combatir el frío con un puchero calentito.
Las alubias, judías blancas, frijol blanco, habichuelas, porotos o como quiera que las llamen en tu zona, son una legumbre con unas cincuenta variedades diferentes, todas de la familia Fabaceae, la misma que las habas y los chochos. Proviene de América y ya desde el siglo XVII es un alimento popular en Europa, ya que contiene mucha proteína y fibra.
En esta receta les he añadido unas rodajas de chorizo ("jabuguito") que tenía rondando por la nevera, pero este plato está también estupendo con unas costillas adobadas, unos trozos de magro, un poco de panceta en cuadritos o directamente nada de carne.
Ingredientes (para 4/5 personas)
1 repollo pequeño cortado en tiras
400 gr. de judías blancas cocidas
3 patatas peladas y chascadas
1 chorizo en rodajas
2 zanahorias en rodajas
1 y 1/2 litro de caldo
Aceite para rehogar
Sal al gusto
Lo primero es poner en remojo las judías en día anterior, con agua que las cubra para que se ablanden. Hay quien les pone una cucharadita de bicarbonato para que estén más blandas, pero he leído que esto hace que pierdan la vitamina A y yo no lo hago.
Al día siguiente se tira esa agua en la que han estado remojando, se cubren de agua fría nueva y se ponen a hervir. Yo las cocino en cazuela, unas dos horas a fuego medio, sin tapar que se despellejan, y una vez que hierven, les corto el hervor con un vaso de agua fría (se llama "asustar"). Lo hago dos o tres veces para que estén tiernas. Si es en olla a presión, calcula una hora desde que sube la válvula.
Cuando ya casi están las judías, hay que cortar, lavar y cocer aparte el repollo, porque el caldo que sueltan sabe mucho a repollo.
Así que por un lado tenemos las judías cocidas y por otro tenemos el repollo cocido.
Ahora, en una cazuela grande, echamos un par de cucharadas de aceite y cuando esté templado añadimos las rodajas de chorizo, las patatas chascadas y las zanahorias y le damos a todo unas vueltas. Salamos, pero poco, porque el chorizo ya está sabroso.
Una vez que se haya rehogado unos diez minutos a fuego lento, le añadimos caldo hasta que lo cubra y dejamos que cueza unos diez minutos para que se vayan ablandando la patata y la zanahoria. Si no tenemos caldo, se puede aprovechar mitad del agua de cocer el repollo y mitad del agua de cocer las judías. Echamos el repollo escurrido y las judías ya cocidas.
Dejamos que cueza a fuego lento hasta que las patatas estén casi deshechas y todos los ingredientes se hayan integrado bien. Se rectifica de sal y se sirve bien caliente.
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