24/02/2015

Productos tropicales recién traídos de Ecuador

Vino mi hermana de Ecuador y me trajo una selección de productos que le pedí, yo creo que esto así en maleta no se puede traer, pero es para consumo aquí en casa y la verdad, era muy poca cantidad, lo que se ve en la foto. Os enseño:


Para empezar unas achogchas, (caihua, achochas, jaiba, pepino de rellenar...) que ya estoy preparando para dar la receta y que veáis cómo son, es una verdura que si tuviera que definirla diría que está entre el pepino o el calabacín y el pimiento italiano. Tiene unas semillas negras grandes dentro y es muy fibroso. 

De frutas trajo unas pithayas, que la verdad es que no son la fruta que más me guste y se le ocurrió a ella, pero después que las trajo cualquiera dice nada. Las pitahayas las hay de pulpa blanca como las que me trajo y de pulpa roja que son más infrecuentes porque son más complicadas de cultivar. En España ya se encuentran de verano a diciembre, pero claro no es lo mismo porque estas han madurado en el árbol y aunque no es la fruta más sabrosa del mundo algo se notará. Hay una variedad que en vez de roja es amarilla, pero por dentro es igual, con miles de pepitillas negras que son tan pequeñas que se comen. Lo bueno de la pitahaya es que es todo fibra, no sé si me explico...
También trajo limón sutil de Ecuador, no es exactamente como las limas que se venden en España y que suelen venir de Brasil, es mucho más pequeño, la piel es completamente lisa y muy fina y su olor me transporta directamente a Guayaquil. Mato por ellos, me encantan para hacer ceviche, para los cubalibres, para lo que sea...transforman el sabor completamente.


Y de la tierra del plátano, unos oritos. Son unos plátanos chiquititos que no deben medir más de 10 centímetros pero que son deliciosos.

También trajo uvillas (uchuva, aguaymanto, physalis) que es una fruta del tamaño de una uva y con la estructura interna de un tomate, con un punto ácido y un color precioso. Estas las voy a hacer en almíbar.

Y para rematar, unos chocolates que están haciendo en Ecuador y aunque son caros, están muy buenos, hay varias marcas pero ésta ya la he probado varias veces y es muy buena, es una línea gourmet con sabores y mezclas especiales. estos eran de grosellas deshidratadas, de flor de sal y de hierbaluisa. El que venga de Ecuador, que se traiga unas tabletas (y que comparta!)

03/02/2015

Arroz caldoso con bogavante


Este arroz es fácil y delicioso, se puede hacer con langosta o con bogavante. El bogavante es más económico, así que de langosta en este caso nada, pero la elaboración es la misma,  así que si tenéis langosta pues mejor para vosotros.

La langosta y el bogavante se diferencian en que el bogavante tiene dos hermosas pinzas delanteras y la langosta, no. Con estas dos pinzas (que son diferentes la una de la otra) el bogavante desgarra y tritura su comida. También varían en el color, la langosta es naranja y el bogavante es más azulado. Y supongo que en el gusto también hay diferencias, pero la verdad es que tampoco me he puesto morada a bogavantes y langostas como para recordar de una vez para otra las sutilezas del sabor.

Si pilláis el animalito vivo, lo primero es matarlo. Si os da cosa que os pinche, muerda o lo que sea, se mete en la nevera o en el congelador un rato y la criatura se atonta del frío y así hay menos riesgo de movimientos sospechosos. Después de atontada, cogéis un trapo de cocina y sosteniendo el cuerpo con el trapo doblado  para no pincharos, se introduce en plano la punta de un cuchillo largo entre la cabeza y el cuerpo, justo en una membrana que las une, se gira y voilá ya está muerto. 

También podéis comprar el bogavante congelado que es lo que hice yo y así os evitáis el mal trago y es más barato. 

Ingredientes para 3

1 bogavante o langosta
1 taza de arroz bomba (que absorbe mucho caldo y queda sabroso)
1 cucharada de perejil picado

Caldo:
Todos los recortes del bogavante
1/2 puerro
1/2 apio
1/2 zanahoria
1/2 cebolla
1 ajo en camisa (con su piel, sin pelar)
1 bouquet garni o ramillete aromático (con una hoja de laurel, tomillo y tallos de perejil)
100 ml. brandy
100 ml. vino blanco seco
1/2 taza de tomate frito casero
4-5 granos de pimienta blanca
Aceite de oliva 
Sal

Sofrito:
1 tomate grande sin piel picado
1/2 pimiento rojo grande picado
1 cebolla picada
Aceite de oliva y sal

Majado:
3 ajos pelados y sin germen
1 pizca de azafrán
1/2 vaso de aceite de oliva
1 cayena (opcional)


Lavar, pelar y picar todas las verduras del caldo y del sofrito para tenerlas todas preparadas para cuando se necesiten.

Después hay que conseguir los recortes del bogavante para hacer el caldo. Se le corta con unas tijeras la cola, los rebordes de los lados, las patitas y se van reservando.

Después se abre la cabeza, con cuidado de no desperdiciar los jugos que salen de dentro. Se guardan en una taza porque luego también se van a añadir al caldo. 
Se quitan las branquias que son eso blanco de la foto que parecen "plumas" porque el bogavante las utiliza para filtrar y tienen impurezas. También se le quita la boca por el mismo motivo. 

Se reserva también el coral que es una especie de víscera babosa de color anaranjado que tienen en la parte de la cabeza. La cáscara de la cabeza se parte en trocitos. Cortamos las antenas y las patas con unas tijeras y las reservamos con los recortes también.


Con el canto de un cuchillo y dándole un golpe seco no muy fuerte, quebramos las pinzas, sacamos con cuidado la carne y la reservamos aparte. La cáscara de la pinza, el "hueso" plano interno y la cabeza en trocitos, todo, a los recortes.

El cuerpo del bogavante lo partimos con su cáscara por los anillos, metiendo el cuchillo entre las divisiones, de tal manera que nos salgan 5 o 6 anillos y las dos pinzas sin cáscara. Esto se filma y se mete a la nevera hasta que lo vayamos a usar.

Poner una cazuela amplia a fuego medio y echar un hilo de aceite. Cuando el aceite esté caliente pero sin que humee, echar las cáscaras reservadas y no mover hasta que tomen color. Después de que las cáscaras se hayan tostado, se pueden mover, pero no antes.


Una vez que todas las cáscaras hayan cambiado de color y sin que se lleguen a quemar, se echan las verduras que teníamos previamente picadas, se dejan rehogar y cuando estén transparentes y tiernas, echar el ramillete de hierbas aromáticas y el brandy, dejar que evapore y cuando esté seco, echar el vino blanco, dejar que evapore y cuando esté seco, echar el tomate frito, rehogar hasta que esté seco y añadir el ajo en camisa y los granos de pimienta blanca y cubrir con agua suficiente. 

Subir el fuego para que hierva y des-espumar las impurezas con un cacillo. 
Dejar hervir a fuego medio unos 30 minutos. 

Mientras hierve el caldo, se hace el majado. Tostamos el azafrán un segundo en el horno o lo ponemos en un pedacito de papel de aluminio y lo acercamos a una fuente de calor, como por ejemplo sobre la tapa de una cazuela. Sólo durante unos segundos, para que temple, que si se quema, amarga. 

En una sartén pequeña se fríen en aceite unos ajos pelados y sin germen y cuando se doren, se sacan y se reservan y en ese mismo aceite, durante un segundo se fríe también la cayena y se saca. Se maja todo en un mortero con una pizca de sal. 

Si el caldo ya he hervido 30 minutos, se cuela, aplastando bien todas las cáscaras con un cacillo y se le añade el majado una vez colado. Se mantiene este caldo caliente pero sin que hierva y se le añaden los jugos que teníamos reservados y el coral.

Ahora se hace el sofrito, en una sartén con un hilo de aceite se echa primero la cebolla, cuando esté transparente el pimiento, cuando esté blando el tomate y se deja rehogar unos 15 minutos hasta que el tomate esté hecho. Ahí mismo, añadiendo un chorrito más de aceite si hiciera falta, se echa el arroz y se nacara (se impregna de el aceite y los demás ingredientes) durante un par de minutos.

Se prueba el caldo y se rectifica de sal, debe estar sabroso, más bien tirando a ligeramente salado que a soso. Se echa el caldo caliente sobre el arroz (cuatro veces la medida de arroz si es bomba, si fuera otro arroz, consulta el paquete), se remueve una vez para integrar el sofrito con el caldo y el arroz y se sube la temperatura para que hierva fuerte dos minutos.

Después ya no se remueve, se baja a la temperatura y se deja hacer unos doce minutos, después de ese tiempo se sacan de la nevera los trozos de bogavante reservados y se añaden al arroz, si hubieran soltado algo de jugo o gelatina, también se añade. Se deja que siga cociendo otros seis minutos más o hasta que el arroz esté blando y los trozos de bogavante hayan cambiado de transparente a blanco y estén hechos.

Si hiciera falta más caldo se puede añadir, poco a poco, siempre muy caliente, si no hiciera falta, solo dejar que se siga haciendo el arroz y cuando esté tierno, se espolvorea de perejil picado. En total debe hervir unos 20 minutos y debe ser caldoso.